martes, 13 de octubre de 2009

Comentario del texto: Declaración de los Derechos del Hombre...

Estamos ante un texto de carácter político-jurídico, la declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de Agosto de 1789, elaborada por la Asamblea Constituyente de Francia. La Declaración es la segunda medida tomada por la Asamblea y se enmarca en el inicio de la Revolución Francesa. Con ella, los revolucionarios buscan establecer un nuevo ordenamiento político y jurídico para la nación francesa, conforme a sus ideales.
Los artículos recogidos en el texto se enmarcan dentro de la corriente ideológica ilustrada-liberal: derechos naturales como la libertad y la igualdad, la seguridad y la propiedad (1 y 2), soberanía nacional ( 3 ), ley como expresión de la voluntad general ( 6 ), garantías jurídicas ( 7 ), presunción de inocencia ( 9 ), y libertad de expresión (10 y 11).
El texto supone un cambio radical con respecto al modelo político y jurídico anterior, el Antiguo Régimen, vigente en casi toda Europa por entonces. Para llegar a esa transformación revolucionaria tuvo que darse una situación crítica en Francia. La bancarrota de la Hacienda regia, junto a la situación de miseria entre la población (época de malas cosechas, carestía, paro en las ciudades…), provocaron un intento de reformas que afectaba a los privilegiados (petición de pago de impuestos) que reaccionaron pidiendo la convocatoria de los Estados Generales. Aquí se evidenció el descontento del tercer estado, influido por las ideas ilustradas y del naciente liberalismo, que acabó por separarse y organizarse en una Asamblea Nacional Constituyente en junio de 1789. La reacción del rey provocó el asalto a la Bastilla y la revuelta urbana en París, seguidos del “gran miedo” en el campo. Impulsados por estos hechos, los miembros de la Asamblea empezaron a tomar medidas que supusieron el final del Antiguo Régimen: abolición del feudalismo, la Declaración que comentamos –aceptada por el rey tras la invasión de Versalles- la constitución civil del clero, la ley Chapelier…; culminando su labor en la Constitución de 1791. Con estos cambios Francia, como unos años antes los Estados Unidos de América, entraba en una nueva etapa, el mundo contemporáneo.
Por tanto estamos ante un texto fundamental, como demuestra que sirvió de base a numerosas constituciones de diferentes países en los años siguientes. Su influencia llega hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.

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